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La verdad es que me meto donde no me llaman, pero supongo que tendrá que ver con la compresión de las vértebras. Al parecer los corredores de maratón "menguan" varios centímetros tras correr dicha prueba. Creo que había algo de relación con los líquidos, debido a la compresión de los discos cervicales, provocando que se filtre hacia afuera el líquido de los discos; en consecuencia, los discos pierden su amortiguamiento hidraúlico y reducen su tamaño, disminuyendo así el espacio intervertebral, lo cual también acorta los músculos adheridos a las vértebras.

[MODO Buey de mar +Kramer sin cafeína ON=en la parra]

Me parece haber leído en alguna parte la conveniencia de realizar ejercicios que involucren cierto esfuerzo a la espalda (abdominales, tenis...) por la tarde, debido al líquido que recubre las vértebras proporciona lubricación.

MODO Buey de mar +Kramer sin cafeína OFF=en la parra]

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"Si no puedes sorprender con tu inteligencia, desconcierta con tus gilipolleces"

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Jeje, suelto el anzuelo y siempre hay alguien al quite

Sí, los discos intervertebrales están compuestos de un tejido parecido al cartílago, el cual su coeficiente de hidratación varía a lo largo del día, y en ese cambio es decisiva la presión al que se ve sometido por el peso del cuerpo transferido a los cuerpos vertebrales.

[LADRILLO]

De todas maneras es algo más complejo. Esto de los discos intervertebrales entra dentro de algo más amplio como son los cambios de estado de los tejidos de sostén del organismo.
La sustancia fundamental es el espacio que hay entre las células de un tejido, y en el caso de los tejidos de sostén (fascias, tendones, etc) esta sustancia ocupa la mayoría del volumen. No es simplemente agua: hay una gran organización proteica, creando una auténtica malla tridimensional que aporta resistencia, elasticidad, flexibilidad, etc. Existen proteínas solubles e insolubles; y su configuración va variando a lo largo del día de acuerdo a estímulos. Depende de esta configuración, esta sustancia fundamental permanece en un estado más cercano al de gel ("gelatinoso") o bien al de sol ("más líquido"). Con lo que varía su elasticidad, resistencia a la deformación, en incluso su volumen.
Estos estímulos pueden ser el ejercicio físico, por ejemplo. De ahí que el calentamiento del deporte tenga su importancia, no sólo para comenzar la adaptación del sistema cardiopulmonar y muscular, sino para que todos los tejidos de sostén que vamos a someter a tensión (ligamentos, cápsulas articulares, tendones, etc) ganen flexibilidad (prevenimos roturas) y no se opongan al movimiento.
Pero también hay un estímulo circadiano, de forma que aunque nos quedemos en la cama todo el día, nuestro tejido de sostén varía. Y también (aunque muy poco) varía nuestra estatura.
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